Entrevista a Néstor Lizalde, premio AECA: mejor artista aragonés menor de 35 años.

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  • ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo del arte?

 

Creo que el comienzo fue en parvulitos con 4 años, yo era un virtuoso de la plastilina, creo que hasta me la comía. Desde siempre me ha gustado construir cosas y con el tiempo he ido incorporando técnicas más complejas. El punto de inflexión fue el vídeo y la capacidad de romper con sus soportes tradicionales mediante el uso de proyectores, pudiendo trabajarlo de una manera mucho más plástica, creando instalaciones audiovisuales y posteriormente otra clase de dispositivos y sistemas interactivos.

 

 

 

  • Tu formación va más allá de lo plástico, esa inquietud electrónica, ¿de dónde nace?

 

Para mí el arte ha sido siempre una cuestión práctica, una forma de conocimiento que se investiga y obtiene por medio de la acción, del trabajo de taller. En este sentido, la capacidad técnica es fundamental y hoy en día una buena parte de estas técnicas pasan por la electrónica y la programación. Emplear las tecnologías propias de cada época permite crear formas que exploran una parte importante de nuestra contemporaneidad cultural. El arte es un campo de investigación libre y muy fructífero en donde el empleo de las tecnologías genera formas de conocimiento que difícilmente serán desarrolladas por otras industrias más condicionadas por objetivos funcionales. Además, al contrario de lo que se piensa en muchas ocasiones, la incorporación de estas tecnologías no supone un ruptura con otras formas previas de arte, sino precisamente lo contrario, la capacidad de crear nuevos prismas de visión que permiten revisar anteriores manifestaciones artísticas que cobran nueva vida al ser reprocesadas a través de estas tecnologías que les otorgan nuevas capacidades. Me resulta fantástico cómo a día de hoy esto es una realidad. En muchas ocasiones comento que el motivo por el cual creo este tipo de trabajos es precisamente porque hoy es posible crearlos.

 

 

 

  • Qué quieres transmitir con tus obras. ¿Qué es importante en ellas?

 

Mi trabajo se basa en la experimentación con formas audiovisuales a través de técnicas ligadas a los llamados nuevos medios. Los nuevos medios (nacidos del encuentro entre las tecnologías mediáticas e informáticas), ofrecen distintas posibilidades creativas a las mostradas a lo largo de prácticamente toda la historia del cine y el vídeo (el grueso de nuestra cultura audiovisual), y que en gran medida siguen siendo las dominantes a día de hoy. El cine, a lo largo del siglo XX, ha estado condicionado por la tecnología del celuloide: una sucesión de fotogramas colocados uno tras otro de manera lineal cuya reproducción se realiza de manera continua y lo mismo ha sucedido con el vídeo a través de un soporte electrónico pero igualmente continuo… A día de hoy, las formas audiovisuales a través de los nuevos medios traen implícitas unas nuevas estructuras que poco tienen que ver con estas formas lineales que conocimos, permitiendo creaciones variables ordenadas a través de algoritmos informáticos, sistemas interactivos o diseños de interfaces. En mi trabajo es fundamental hacer explícitas estas nuevas estructuras, experimentando con las posibilidades informáticas y con la creación de dispositivos electrónicos. El espacio natural para este tipo de experimentaciones es el mundo del arte y lo más interesante al final, es ver cómo el público, tanto especializado como no iniciado, entiende esta investigación a la vez que disfruta de la estética que estas nuevas formas generan.

 

 

 

  • La obra más significativa de tu carrera artística, de la que más orgulloso te sientes.

 

Me resulta muy difícil señalar una única obra ya que mi trabajo se entiende mejor como conjunto, pero si me tengo que decantarme por una, creo que sería “Torre de cabezas”, una obra compuesta por cinco dispositivos puestos uno encima de otro como su nombre indica. En cada uno de estos dispositivos se muestra una cabeza que expulsa constantemente humo por la boca. El humo expulsado asciende pasando de un dispositivo a otro, unificando todos los dispositivos como una única pieza. El trabajo, para el cual diseñé un sistema de imagen holográfico, experimenta con el empleo del vídeo para crear una escultura audiovisual que sumerge al espectador en un estado de ensoñación, una atmósfera onírica que recuerda a los imaginarios desarrollados por los artistas surrealistas en los años 20, a la vez que también evoca al claroscuro empleado en las formas pictóricas del barroco. Estoy muy orgulloso de poder crear este tipo de obras en donde se genera un diálogo entre las nuevas tecnologías y las tradición artística, revisando y potenciando estas estéticas a través de procesos ligados a nuestra contemporaneidad. Esta clase de trabajos me hace sentir unido a estos artistas que nos precedieron y de los que no paro de aprender.

 

 

 

  • ¿Qué te gustaría cambiar o mejorar del panorama artístico nacional?

 

Creo que los artistas, cuando logran demostrar su valía, deberían tener más oportunidades reales de continuar con su trabajo. Es muy difícil a nivel económico mantener una producción artística constante a día de hoy. Paradójicamente, los presupuestos para los proyectos expositivos suelen discriminar a los artistas, haciendo que descienda drásticamente el nivel de calidad en las obras expuestas. Aunque entiendo el trabajo que realizan los intermediarios en el mundo del arte, creo que al final no se respeta un equilibrio adecuado en la distribución de los recursos existentes. Los circuitos del arte están llenos de vampiros que se alimentan del trabajo ajeno demostrando una torpe visión a largo plazo, lo cual en nada beneficia al mundo del arte. El resultado de esta situación lleva en muchos casos al empobrecimiento de la materia cultural. Los circuitos del arte nunca han sido un camino fácil para aquellos artistas que comienzan desde cero. Se trata de un mundo en el que no todos parten con las mismas oportunidades. En cualquier caso, creo que la vida de un artista es una carrera de fondo en donde la sinceridad y la perseverancia dan sus frutos por encima de cualquier otra circunstancia. El tiempo es juez en este sentido.

 

 

 

  • Te formaste en Valencia, y volviste ¿Consideras que las instituciones aragonesas apoyan a sus artistas en la producción, la exhibición y la difusión?

 

Me formé a nivel artístico entre Salamanca y Valencia, regresando después a Zaragoza donde continué estudiando electrónica a la vez que desarrollaba mis proyectos artísticos. Yo he tenido la suerte de regresar a Zaragoza coincidiendo con la materialización de un ambicioso proyecto institucional en mi ciudad: la creación del Centro de Arte y Tecnología ETOPIA, en donde he podido colaborar en diferentes proyectos y exposiciones. Para mí esto ha supuesto una gran oportunidad y he podido recibir un apoyo institucional muy bueno en cuanto a la visibilidad de mis actividades. Realmente, más que de un apoyo se trata de una simbiosis donde ambas partes salimos beneficiadas del encuentro. Por suerte en España estamos asistiendo en los últimos años al nacimiento de varios centros que tienen como objeto el encuentro entre el arte, la creatividad, las nuevas tecnologías y sus posibilidades para generar nuevas industrias. Se trata de una apuesta inteligente aunque un poco tardía en relación al contexto económico en el que nos encontramos. Estos centros necesitan de perfiles híbridos y propuestas donde el arte tiene mucho que decir, un terreno en el que yo personalmente me siento cómodo y puedo aportar muchas cosas, sintiéndome igualmente apoyado por estas instituciones. En cualquier caso, yo siempre me he sentido apoyado por las instituciones en mi tierra, he recibido varias becas y premios que realmente son los apoyos que desde estas entidades se pueden ofrecer a los jóvenes artistas emergentes.

 

 

 

  • ¿Qué ha supuesto para ti este premio?

 

Este premio me hace especial ilusión por el hecho de que está concedido por la Asociación de Críticos de Arte de Aragón, que son básicamente el gremio de los expertos, teóricos e historiadores del mundo del arte, lo cual supone un claro apoyo al planteamiento que desarrollo en mi trabajo más allá de lo llamativo de la tecnología que empleo y los extraños dispositivos que construyo… Yo me considero por encima de todo un artista y como tal procuro mantener una fuerte vinculación con la tradición artística, siendo consciente de que toda creación es una evolución de formas anteriores, aun cuando supone una ruptura. No importa el medio a través del cual se desarrolla la práctica artística, lo que importa es el diálogo que ésta genera con aspectos ligados a la condición humana y su contemporaneidad. Para mí este premio supone un apoyo general a este tipo de creación, lo cual está realmente bien.

 

 

 

  • ¿Qué planes tienes de futuro como artista? Tu ambición.

 

Actualmente estoy en un momento de mucha actividad, los últimos proyectos que he realizado han tenido muy buena repercusión y la bola cada vez se ha hecho más grande hasta el punto que me han propuesto dar un salto importante con un proyecto internacional que parte con unas muy buenas condiciones. En líneas generales, mi ambición es poder dedicarme a aquello que me apasiona y por lo que llevo trabajando y formándome durante tantos años. Poder vivir de lo que se me da mejor es un lujo que modestamente me gustaría poder disfrutar.

 

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